Descripción
Peña Mea es un macizo a caballo entre los concejos de Laviana y Aller y una de las cumbres más emblemáticas del concejo de Laviana, cuyo espolón se puede admirar desde distintos rincones, motivo por el cual ha sido y es uno de los objetivos señeros del montañismo asturiano.
La ruta que se plantea es una ascensión montañera que, puede resultar peligrosa si no se asciende con la atención necesaria.
Para acceder cogeremos la carretera AS – 252 desde Laviana hasta el Llanu La Tabla, en Tolivia, seguiremos a la izquierda la carretera a Fresneo. Desde aquí, por una pista apta para todo tipo de vehículos, hasta Les Campes (890 m), donde dejaremos el coche.
La pista hacia la mítica cumbre parte de entre la capilla delante del bar que existe en la zona, El Descanso del Baquero, en el primer cruce tiraremos hacia la derecha y seguiremos por la pista dejando a nuestra izquierda el murallón de Peña Mea, la pista asciende entre arbolado hasta la Campa Pelúgano, aquí el camino se bifurca, el que sigue de frente baja al pueblo de Pelúgano, nosotros tomaremos el de la izquierda que nos lleva a una cabaña con dos fuentes y dos abrevaderos dejando a la derecha unas fincas denominadas el Cerreo.
El sendero se estrecha y comienza a subir encontrando los primeros “jitos”, siguiendo el sendero bien marcado nos encontramos en la base de la Canal de las Cuevas. La canal es amplia y herbosa, pero vista desde abajo la subida impone.
Aquí comienza el tramo más costoso de toda la ruta, el sendero serpentea hacia arriba y nos conducirá hasta el famoso Ojo de Buey, amplio ventanón que traspasa el crestón de la peña. Nada más sobrepasar la cresta de roca a la izquierda podremos ver una gran cueva, llamada por los lugareños la Iglesiona, en ella se pueden apreciar los cuatro pilares que la sostienen.
Continuamos ascendiendo por el retorcido sendero que nos acerca hacia la cabecera de una vertical canal tapizada de arboleda que da vista al valle de Tolivia.
El sendero gira bruscamente a la derecha, a través de la pradera de Pedromoro, superando varios resaltes, hasta presentarse en la base del canalizo superior, en este punto la senda se bifurca, las dos desviaciones son buenas, la de la izquierda sube directamente a la cumbre por el canalizo, nosotros optaremos por la derecha que en llano nos lleva a pasar por una senda tallada en roca, llamada la “Senda del Gatu”.
Descendemos unos metros a una pequeña canal para cruzarla y ascendiendo de nuevo unos metros giramos a la derecha por entre las rocas y entramos a una campera que por la derecha nos conduce a la fuente de Mea (o también llamada Fuente El Gatu), bien cuidada que mana entre las rocas.
Seguimos ascendiendo por la campera, hacia la vertiente que se extiende al angosto valle del Raigusu y nos encontramos con lo que en otro tiempo sería una pequeña cabaña pastoril, ahora tenemos a la vista Peña Negra inconfundible por su color, pasamos por detrás de la cabaña y cogemos un pequeño sendero, ya solo nos queda ascender un poco y a nuestra izquierda alcanzaremos la cumbre de Peña Mea (1.560 m).
La panorámica que nos ofrece es amplia: veremos la Cordillera Cantábrica, el Mar Cantábrico y varios cordales menores, con multitud de pueblos dispersos. Para bajar, destreparemos dirección este – sudeste unos metros hasta un sendero que inicialmente nos lleva por debajo de cresta de la cumbre, pero luego va por la cresta misma.
Cuando ésta se estrecha demasiado buscamos bajar por la derecha hacia un hayedo en el que entramos para cruzar hacia el norte ya por debajo de la cresta. En seguida un pequeño collado nos invita a volver a la cresta, pero lo ignoramos para bajar una pendiente de hierba que esconde una senda intermitente.
Luego volvemos a enfilar hacia el norte, para pasar por debajo de una inmensa y vertical pared de roca, en todo momento siguiendo una senda estrecha pero bastante marcada. Nada más pasar la pared nos encontramos en un pequeño collado rocoso que domina completamente una amplia pradera más abajo, la Collada Doñango.
El descenso a la Collada Doñango hay que realizarlo con cuidado por la cantidad de piedras sueltas en el sendero, que lo hace, si no se tiene precaución, algo peligroso. Una vez en la Collada Doñango, tomaremos hacia la izquierda y cogeremos la pista ganadera que desciende hacia el oeste y así volvemos a les Campes (890 m).
El mapa no es de gran ayuda por lo intrincado del terreno. En este sentido es importante localizar correctamente la entrada de la Canal de las Cuevas. La bajada también puede llevarnos a equivocarnos hasta que demos con el hombro encima de la Collada Doñango.